En España, pese a una teórica facilidad climatológica para la síntesis de vitamina D, los niveles son semejantes, o incluso inferiores, a los descritos para Europa central o Escandinavia. Esta aparente “paradoja” puede deberse, de modo especulativo, a que el escaso aporte dietético de la vitamina no puede compensarse por la síntesis cutánea. Que puede verse limitada porque la mayoría de la península se encuentra por encima del paralelo 35° N, al uso de protección solar en verano o a la baja exposición a la radiación durante el invierno, es decir una falta de exposición solar en general.
Además, existen otros factores, como la elevada prevalencia de sobrepeso/obesidad, que también puede estar relacionados con la aparición de deficiencia de la vitamina. Por otro lado, existirían otras muchas causas para sufrir falta de vitamina D, como poseer una edad avanzada -con disminución de la síntesis de vitamina D a nivel de la piel-, malabsorción intestinal por diversas razones, uso de determinados fármacos, sufrir algunos tipos de enfermedades metabólicas, renales o hepáticas.
Principales causas de deficiencia de vitamina D entre la población
Exposición solar inadecuada | Uso excesivo de ropa. Protección solar. Polución ambiental. Exposición a través de cristales. Baja radiación UV (invierno, países por encima de los 35° N, no exponerse a la luz solar entre las 9 y las 15 h). |
Ingesta insuficiente de vitamina D | Consumo bajo de: Carnes, pescados azules, huevos, setas, lácteos y alimentos fortificados. |
Factores fisiopatológicos | Piel oscura. Síndrome de mala absorción. Obesidad. Fallo renal y/o hepático. Lactancia materna. exclusiva Embarazo. Envejecimiento. |
Aunque se calcula que tan solo el 10-20% de la vitamina D proviene de la dieta, continúa siendo una fuente importante para obtener dicho micronutriente. Se aconseja un consumo de alrededor de 15 microgramos, o de 600 UI al día para niños y adultos sanos, mientras que la cifra se reduce a 10 microgramos o 400 UI en bebés de entre 7 y 11 meses, independientemente de la exposición solar posible. Sin embargo, vivir solo de dieta sin sol, en cuanto a vitamina D se refiere, es totalmente insuficiente.
¿Qué alimentos son ricos en vitamina D?
Para mantener los niveles en rango y evitar llegar a un déficit, deberían incluirse en la dieta alimentos ricos en esta vitamina, o fortificados con la misma: pescados (caballa, atún, sardinas, aceite de hígado de bacalao), huevos, leche, setas o champiñones y mariscos. Como ejemplo, un solo vaso de leche de vaca aporta alrededor de 100 UI de vitamina D, una lata de atún aportaría hasta 300 UI, mientras que un huevo aporta alrededor de 120 UI. Todos estos alimentos contribuyen a más del 85% de la ingesta total de la vitamina.
Sin embargo, cabe destacar el bajo consumo de dichos grupos de alimentos, sobre todo el de pescados y huevos, que son fuentes naturales de vitamina D. En cuanto al pescado, y en concreto el pescado azul, existen algunos de ellos (como las angulas, el arenque, el congrio, la anguila, el jurel, la palometa o el salmón) de los que tomando una ración al día ya se estarían cubriendo, o incluso superando, las IR de la vitamina. Sin embargo, el consumo diario medio de la población se sitúa en 0,89 raciones en adultos y en 0,5 raciones en niños (el 84,7% y el 61,9% de la población, respectivamente, no llega a consumir 1 ración/día).
El consumo de huevos es aún más bajo con respecto al de pescado. Seguramente porque su consumo se ha relacionado, durante muchos años, con un aumento de las cifras de colesterol sérico. Sin embargo, en varias revisiones recuentes se constató que el consumo adicional de colesterol procedente de huevos promovía la aparición de partículas de LDL y HDL de mayor tamaño y disminuía el número de partículas de LDL pequeñas, con lo que se favorece, de esta manera, un perfil lipídico menos aterogénico, ya que las partículas de menor tamaño son más afines a procesos oxidativos. Teniendo en cuenta lo anterior, y que además el huevo es un alimento rico en proteínas de alta calidad, contribuye a producir saciedad, presentan una alta densidad de nutrientes y es barato y fácil de preparar, es importante promover su consumo con el fin de prevenir problemas de salud asociados al déficit de vitamina.
¿Suplementación para todos?
Para finalizar, en cuanto a la suplementación, los expertos tan solo aconsejan suplementar en los individuos de riesgo: ancianos, individuos que ya han sufrido fracturas por osteoporosis, individuos con problemas en la piel, individuos que no pueden salir de casa, o aquellos con enfermedades renales, hepáticas, metabólicas o con cualquier tipo de mala absorción intestinal. Como excepción, existen algunos casos donde también se aconseja la suplementación en población sana, como son los niños menores de cuatro años, embarazadas y madres que dan lactancia materna.